PARTE 1
Durante la preproducción, planeando y resolviendo una de las escenas finales: decidir la aparición de un dragón en la pantalla o no. Esto no es tan fácil como solo hacer un casting o dejarlo para la “post”, porque todo en esta vida cuesta y la post producción con un diseño digital es muy cara, mientras que un casting… bueno pues nadie quiso prestarnos su dragón.
Entonces pasamos a opción A, B, C, pero nunca dejamos de buscar una forma de resolverlo. Muchas veces pensamos en eliminarlo de la historia, pero ¿que seria Draco Daris y el misterio de Cornelyus, sin dragón?
Al día siguiente, durante el atardecer nos tocó una de las escenas más complicadas de resolver con muchos efectos especiales. El cine no solo son los efectos especiales y la forma del montaje, su magia sucede también cuando diez personas se coordinan para llegar a su marca y lograr la escena. Claro, además de los 30 que ya estábamos coordinados bajo el departamento de producción y el AD.
Así, hicimos la primera mecánica: al fondo la habitación se incendia, el personaje de Dina sale corriendo y el dragón lanza fuego cerca de su cara.
Recuerdo aun la emoción y nerviosismo de la primera mecánica con fuego que tuvimos, la preocupación por no quemar a la actriz o a los de cámara. Finalmente estaba seguro de que nada de eso pasaría y que estábamos seguros con mi papá resolviendo ese efecto especial de fuego. El resultado fue una escena increíble como se había planeado desde el guión, cosa que a veces es muy difícil que suceda cuando se tienen efectos especiales con fuego.
Billy Segovia.