Marcel Sisniega

Marcel Sisniega

Fundador

De padre veracruzano y madre norteamericana, Marcel Sisniega Campbell nace un 28 de julio de 1959 en Chicago, Illinois. Emigra con su familia a edad temprana y se establece en Cuernavaca, Morelos. Desde muy joven destaca en el ajedrez y se vuelve campeón nacional a los 16 años, repitiendo este título nueve veces. Paralelamente, inicia su carrera como escritor y guionista trabajando en argumentos como Café de Tortilla, que se convertiría en la película Un Embrujo de Carlos Carrera. Alcanza el grado de Gran Maestro de ajedrez a los 32 años.

Sisniega realizó 10 largometrajes, siendo él guionista de todos ellos. Una de Dos y El Guapo son adaptaciones cinematográficas de las novelas Una de Dos y Luces Artificiales de Daniel Sada, mientras que A través del Silencio es una interpretación personal de la novela homónima de Javier Sicilia. Ambos escritores fueron grandes amigos de Marcel.

La obra de Marcel Sisniega, es la de un observador con el oído aguzado siempre curioso por las personalidades excéntricas, ya sea por introspectivas o por francamente estruendosas. Fue también un incansable explorador espiritual. Le interesaba la búsqueda del sentido de la vida, le intrigaba lo que seguía a la muerte, todo aquello que tuviera que ver con otros posibles planos de la realidad, otras lecturas más allá de nuestro entendimiento, que sin embargo intuimos apenas unos instantes y que después desaparecen, pero que el cine, con su magia, bien puede captar.

Sisniega recordaba al dedillo los diálogos de sus personajes. Reía por las ocurrencias de las hermanas Gamal en Una de Dos o de Ramiro Cinco en El Guapo. En Libre de Culpas, En las Arenas Negras y A Través del Silencio, se pueden vislumbrar las inquietudes de su propio espíritu respecto a la religión católica, las pasiones humanas, el amor, el dolor y la muerte. En su última película, A Través del Silencio, Sisniega también integra elementos de su otra pasión, el ajedrez, a la narrativa. Este filme fue hecho en Veracruz y muestra bellos paisajes de Alvarado y Monte Pío.

Cuando perdemos a una persona querida a veces la memoria nos juega malas pasadas nublando nuestros recuerdos a medida que pasa el tiempo. Afortunadamente, en el caso de Marcel, tenemos su obra para recordarlo. Cada uno de sus filmes nos muestra una faceta distinta como creador y ser humano. Podemos intuirlo detrás de la cámara, dirigiendo con rigor e intuición creativa, pero también en cada paisaje, en cada diálogo y en cada personaje. Felizmente inmortalizado con sus historias.

Quizá consciente de este poder que guarda el cine, individual pero también universal, Marcel quiso fundar esta escuela. Una mente brillante que sigue iluminándonos con su legado y su recuerdo. Donde quiera que estés maestro, tu proyecto sigue creciendo cuando cada uno de nuestros alumnos sigue el sueño de convertirse en cineasta en nuestras aulas.