Aunque solo a algunos les suene su nombre, John Waters es un desconocido para el gran público. Influenciado por el cine de Paul Morrisey en colaboración con Andy Warhol, y los asesinatos de la familia Manson, el nombrado “rey del vomito”, provocador por excelencia, trae consigo una filmografía de cintas con las cuales satiriza a las ideologías con las que podemos identificarnos. Esto lo logra elevando a sus antihéroes, seres que parecen salidos de un show de horrores, a una estupidez radical con la cual asemeja nuestra realidad social, tratando así de rechazar, o mejor dicho, ignorar por completo la moral burguesa, generando así un cine de autor, que ha logrado afectar a cineastas de la talla de Almódovar, quien en sus primeras obras adaptó lo que Waters estaba haciendo en Baltimore, pero a la idiosincrasia española.
John Waters logra que sus cintas sean tan atractivas al mostrarnos su mensaje de una manera visceral e imperfecta, que genera en el espectador una provocación directa, lo cual incita a ver las cosas de forma diferente. En este ciclo comenzaremos con cinco cintas en las que trabajó con su musa, y amigo de vida, el travestido Divine, terminando con una de sus obras cuya importancia no es menor al ser las más ligeras y comerciales del creador. Todo esto con la promesa de que al terminar de ver los filmes a presentar, uno no pueda quedarse indiferente ante el discurso moral de Waters.
“Para mí, mal gusto es de lo que el entretenimiento se trata. Si alguien vomita mientras mira una de mis películas, es como recibir una ovación en pie. Pero uno debe recordar que hay algo llamado buen mal gusto y mal mal gusto.” (Shock Value, 1981).